La marcha atrás o eyaculación fuera consiste en sacar el pene de la vagina segundos antes de eyacular, sin embargo las probabilidades de que funcione y así evitar un embarazo no deseado son bajas. Por tanto, no debe incluirse como método anticonceptivo ya que su práctica tiene muchos riesgos.
Aun así, la marcha atrás se ha usado para prevenir embarazos desde hace mucho tiempo, bien por falta de educación sexual y/o conocimientos o debido a falta de recursos.
¿Cuáles son los motivos por los que no se considera un método anticonceptivo?
El líquido preseminal no contiene espermatozoides por sí mismo, pero al pasar por el mismo conducto que el semen (que sí contiene espermatozoides), pude arrastrar alguno de anteriores eyaculaciones, siendo muy fácil que esto ocurra y por tanto siendo posible el embarazo aunque el hombre retire su pene de la vagina antes de eyacular.
Lo que sí puede provocar la marcha atrás son disfunciones sexuales, como problemas para controlar la eyaculación o la erección, al estar más pendiente de controlar que de disfrutar. La mujer con la marcha atrás depende totalmente del hombre, lo que hará que esté más pendiente de que la pareja controle la eyaculación, pudiendo generar tensión y problemas para llegar al orgasmo, en lugar de estar pendiente del resto de sensaciones de placer.
No todos los hombres son capaces de controlar la eyaculación y los que son capaces de hacerlo no siempre (el 100% de las veces) tienen esa capacidad. ¡No nos dejemos llevar por frases como el “yo controlo”!, el estrés provocado por el miedo a que la pareja pueda eyacular dentro no es un buen aliado de la satisfacción sexual.
Tened en cuenta que las infecciones de transmisión genital pueden transmitirse con el líquido preseminal, solo los métodos de barrera (condón masculino y femenino) pueden evitar la transmisión de las mismas.
Son muchos los métodos anticonceptivos que puedes utilizar y que aportan la tranquilidad necesaria para poder disfrutar plenamente de las relaciones sexuales. No uses la marcha atrás para prevenir un embarazo no deseado y si lo haces, hazlo sabiendo que no es muy efectivo y que la posibilidad de embarazo existe.
La tasa de embarazos en un año entre las personas que utilizan la marcha atrás es de un 22%, esto significa una muy baja eficacia para considerarlo un método anticonceptivo. Por ejemplo, si lo comparamos con la píldora anticonceptiva que tomada de forma correcta tiene una eficacia que roza el 100% para evitar embarazos no deseados.
Si quieres saber cuál es le mejor método anticonceptivo, consulta con tu ginecólogo/a que te ayudará a elegir el que mejor se adapte a tu situación según tus necesidades.