Esta es la cara sonriente que se me quedó cuando descubrí el cambio de los tampones a la copa menstrual. Me llegan muchas dudas preguntándome sobre la copa relacionadas con la talla, si es complicada de poner y quitar, cada cuánto hay que cambiarla, etc… en general, si merece la pena o no hacer el cambio de compresa-tampón a la copa menstrual.
Llevo unos meses utilizándola y me quedo con ella, mi experiencia ha sido muy buena por varios motivos:
– Es más higiénica y saludable ya que los materiales que se utilizan son hipoalergénicos (la mayoría silicona) y al recoger la sangre en lugar de absorberla como hacen los tampones, no resecan la vagina ya que mantiene su humedad.
– Es ecológica, dura unos 10 años, lo que supone que durante todo ese tiempo no estaremos tirando todos los desechos de los tampones y compresas. Lo que también es un ahorro económico.
– Para introducirla hay que doblarla (hay varias formas de hacerlo) y una vez dentro de la vagina se abre y vuelve a su forma quedando sujeta por las paredes vaginales, haciendo efecto de “vacío” y sin notar que la llevas puesta. Para retirarla puedes empujar un poco con tus músculos vaginales para que baje la copa y sea más fácil retirarla. Hay que introducir los dedos, apretar en la base un poco para romper el “vacío” que se queda y retírala con cuidado. Ten en cuenta que la copa no se pone tan arriba como el tampón, por lo que no tiene que resultar complicado localizarla. Al principio puede costarnos un poco colocarla y quitarla pero es cuestión de práctica y habituación.
– Tras retirarla con cuidado vaciamos el contenido en el váter o en lavabo (si queremos ver su color y consistencia) y la lavamos con un poco de agua antes de volver a introducirla. Antes de cada periodo debemos hervir la copa para esterilizarla siguiendo las instrucciones del fabricante.
– Puedes tener la copa hasta 12 horas dependiendo del flujo menstrual y el tamaño de la copa, pero en la gran mayoría de los casos no será necesario cambiarla antes. Esto es una gran comodidad ya que nos permite hacer muchas actividades en las que estemos fuera bastante tiempo como deporte o pasar un día entero en la playa sin la necesidad de tener que estar cambiándonos de forma más periódica.
– La talla que necesitaremos va a depender sobre todo de nuestro suelo pélvico que está condicionado por nuestra edad, tamaño corporal, si realizamos mucho deporte y si hemos tenido uno o varios partos vaginales. La gran mayoría de copas tienen dos tallas a elegir, una pequeña y una grande, pero hay marcas que cuentan hasta con cuatro tallas que van desde la S a la XL como es le caso de las que muestro en la foto (S y M de la marca Meluna).
– Las tallas pequeñas suelen ser para mujeres menores de 30 años y que no hayan tenido partos vaginales, mientras que las grandes para mujeres que hayan tenido parto vaginal o que sean mayores de 30 años. Sin embargo, esto es relativo porque como hemos dicho el estado del suelo pélvico también dependerá de otros factores como la práctica de deporte o si se ha fortalecido mediante ejercicios de Kegel o uso de bolas chinas.